Los productores reciben acompañamiento técnico y herramientas digitales que les permiten medir y mejorar el impacto ambiental de sus prácticas agrícolas. Esto no solo contribuye a una producción más sostenible y eficiente, sino que también les abre la puerta a nuevas oportunidades de ingresos mediante la generación de Certificados Digitales Climáticos (CDC), los cuales valorizan sus esfuerzos de captura de carbono y regeneración del suelo. Además, al formar parte de una red comprometida con la acción climática, los productores ganan visibilidad, fortalecen su reputación y acceden a mercados que valoran la trazabilidad y el compromiso ambiental.